
Agujero Azul: un vivero en el mar que también es un aliado contra el cambio climático
Es un área de la plataforma continental patagónica localizada por fuera de la Zona Económica Exclusiva de Argentina, a unos 500 km al este del golfo San Jorge. El Senado debe sancionar, antes de fin de año, un proyecto de ley para su protección
Biodiversidad25/07/2024

En el Atlántico sudoeste existe un sector denominado Agujero Azul que se destaca por estar en la ruta migratoria de varias especies animales relevantes, muchas de ellas de interés comercial como el calamar argentino. Esta alta diversidad convierte a la zona en un área de alimentación preferencial para aves y mamíferos marinos, como el petrel gigante del sur, los albatros, los elefantes marinos y la ballena franca austral.
En Infobae explican que, Argentina se encuentra ante la oportunidad histórica de actuar para proteger esa porción del territorio. El Senado Nacional tiene a consideración el proyecto de Ley de “Área Marina Protegida Bentónica Agujero Azul”, ya con media sanción de Diputados. Se debe votar antes del fin de sesiones de este año o perderá estado parlamentario. Proteger esta importante porción del fondo marino argentino no solo traerá beneficios a las especies que allí se reproducen y se alimentan, sino también a una serie de ecosistemas asociados que dependen de los procesos virtuosos que ocurren en Agujero Azul gracias a la disponibilidad de luz, nutrientes y oxígeno.
El Agujero Azul constituye un área de la plataforma continental patagónica localizada por fuera de la Zona Económica Exclusiva de Argentina, a unos 500 km al este del golfo San Jorge.
Al encontrarse fuera de la línea de las 200 millas náuticas, pero sí sobre la plataforma continental extendida, la República Argentina ejerce soberanía únicamente sobre el lecho y subsuelo y no sobre la columna de agua. Es sobre este fondo y la vida que en él se desarrolla que la Nación tiene plena potestad de dictar medidas para su conservación.
En la historia del Mar Argentino hay registros de la presión que han sufrido las especies en Agujero Azul. Los balleneros y cazadores de focas llegaron en el siglo XVIII y operaron hasta bien entrado el siglo XX. Las flotas internacionales de pesca de arrastre de fondo comenzaron a visitar la zona regularmente en los años 1970 y establecieron operaciones regulares allí en los años 1980. Primero fueron los soviéticos y los japoneses, luego la flota española y en este siglo se han sumado mayoritariamente taiwaneses, surcoreanos y chinos. Hoy es una de las zonas que soporta mayor esfuerzo pesquero en alta mar.
En el fondo marino, se desarrollan comunidades bentónicas de alta biodiversidad que sirven de refugio a varias otras especies. En la zona, se desarrollan campos de esponjas, arrecifes de coral de agua fría, y jardines de corales blandos, hoy presentes especialmente en zonas de fondo duro y en cañones submarinos, donde las flotas internacionales aún no operan por los costos que implica el arrastre de fondo en altas profundidades. Estos cañones son además vías de circulación entre las profundidades abisales y la plataforma continental.
Agujero Azul presenta ambientes valiosos para la captura y almacenamiento de carbono, clave para mitigar el cambio climático. Recordemos que toda la plataforma y el talud continental argentino son responsables de capturar aproximadamente 17 millones de toneladas de carbono por año, lo que equivale al total de emisiones de carbono utilizadas por la energía residencial en Argentina. La cadena de cañones submarinos de Agujero Azul es la ruta de transporte de este carbono capturado a profundidades abisales.
Desde una perspectiva más funcionalista, mantener este proceso libre de presión pesquera sobre el fondo redundará en un inminente servicio ecosistémico que prestará la zona, transformándola en un área que interviene en la dinámica de generación de especies marinas de interés pesquero, refugio y área de reproducción, como también sumidero o depósito natural de carbono. Será además un reservorio paliativo de fauna ante inminentes derrames de la industria petrolera o impactos del cambio climático.
Esta columna vertebral del Mar Argentino está sometida a una presión asfixiante y desmedida; no hay ecosistema que pueda resistir la voracidad de las potencias pesqueras completamente desatadas en ese lugar. El Senado tiene la oportunidad de intervenir en esta pelea desigual y accionar para protegerlo.


La extinción masiva de especies amenaza el planeta. Actualmente se están llevando a cabo conversaciones sobre un nuevo tratado internacional para conservar la biodiversidad. ¿Qué es exactamente lo que está en juego?

Un millón de plantas y animales están en peligro de extinción. Exploramos qué podemos hacer para preservar la valiosa biodiversidad de la Tierra


La naturaleza tiene una capacidad inmensa para recuperarse después de las perturbaciones (lo lleva haciendo desde que surgió la vida)

El Cambio Climático Devora la Biodiversidad Global a un Ritmo Alarmante
Un llamado urgente a la acción global para salvar los ecosistemas y el futuro del planeta



En los últimos dos años, México descendió 24 lugares en el Índice de Desempeño Ambiental (EPI), pasando del puesto 73 en 2021 al 97 en 2023

¿Qué es la geoingeniería? ¿Por qué podría agravar la crisis climática en los Polos?
Un reciente análisis aseguró que ciertas tecnologías destinadas a salvar el Ártico y la Antártida podrían tener efectos adversos graves sobre ecosistemas frágiles, además de retrasar la acción climática más urgente, según alertaron expertos consultados por Frontiers in Science

Los árboles de la Amazonia son cada vez más grandes: crecen 3,2% por década
Un nuevo estudio advirtió que el fenómeno, atribuido al aumento de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, plantea nuevos desafíos para la conservación y la biodiversidad en la región

¿Qué se espera de la Cumbre de Ministros de Ambiente 2025?

A 15 años de su sanción, la Ley de Glaciares continúa siendo clave para proteger el agua y los ecosistemas
La Ley de Glaciares, sancionada en 2010 luego de una fuerte presión de la sociedad civil, de la comunidad científica y de las organizaciones ambientales, se convirtió en un hito en la historia jurídica ambiental argentina al establecer la protección de los glaciares y del ambiente periglacial como reservas estratégicas de agua y patrimonio natural nacional