Paola Rapetti: “El país está trabajando en un plan nacional de desarrollo sostenible”

Comentó la directora del Pacto Global Uruguay sobre los principales desafíos a nivel local que afrontará el instrumento de Naciones Unidas, recientemente lanzado en el país sudamericano. Medio ambiente, anticorrupción, mercado laboral y derechos humanos, los principales ejes

Energía renovable15/11/2021
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El pasado mes de agosto llegó a Uruguay el Pacto Global de Naciones Unidas, la mayor red de sostenibilidad empresarial del mundo. Paola Rapetti, directora ejecutiva del Pacto en el país sudamericano, dialogó sobre los principales desafíos que deberá hacer frente una red que a nivel local ya cuenta con cerca de 30 empresas adheridas.

Sumado a los diez principios sobre los que se basa el Pacto Global, y a los 17 objetivos de desarrollo sostenible previamente establecidos en la Agenda de Desarrollo 2030, Rapetti adelantó que en Uruguay el principal propósito de esta iniciativa “tiene que ver con promover una economía que innove, que genere empleo y que asegure el desarrollo sostenible para trabajar con el sector empresarial con una plataforma bien colaborativa y tratando de empujar las transformaciones público-privadas”.

En ese sentido, detalló que, además de temas fundamentales como el medio ambiente y la lucha contra la corrupción -dos problemáticas globales-, en Uruguay se hará especial foco con relación a “normas laborales y derechos humanos”. Al respecto, detalló que la principal meta es “acortar la brecha económica de género”: “A nivel global faltan como 265 años para poder cerrar una brecha económica de género, así que son desafíos muy importantes”.


Lo mismo en temas de inclusión. Por ejemplo, en el mercado laboral para incluir a poblaciones vulnerables, como puede ser inclusión de la diversidad, de la discapacidad, de los migrantes, de poblaciones afro. Ahí hay que hacer un gran trabajo, porque Uruguay está recibiendo poblaciones muy vulnerables.

agregó.


Rapetti también se refirió al impacto de la pandemia, los trabajos de cooperación con los Pactos de otros países, y las condiciones que deben cumplir las empresas para formar parte de la mayor red de sostenibilidad.

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-¿Qué es el Pacto Global? ¿Cuál es su objetivo y cómo es su mecanismo de funcionamiento?

-El Pacto Global es una iniciativa de Naciones Unidas. Nosotros decimos que es la iniciativa de sostenibilidad empresarial más grande del mundo. Allá por 1999 el secretario general de la ONU, Kofi Annan, hace un llamado al sector empresarial a trabajar en los temas de sostenibilidad en el entendido de que no alcanzaba el esfuerzo de los gobiernos solamente, y que necesitábamos que el mercado global se ocupara de estos temas. Ahí surge el Pacto Global, trabajando en base a diez principios, que los organiza en cuatro áreas de trabajo: derechos humanos, normas laborales, medio ambiente y anticorrupción. Y empieza a adherir empresas en todo el mundo. En 2015, cuando aparece lo que Naciones Unidas llama la Agenda de Desarrollo 2030, que es una agenda que tiene 17 objetivos de desarrollo sostenible, con metas, indicadores, en distintos temas, como erradicar la pobreza, mejorar la calidad de la educación, trabajar por la acción climática, y demás, el Pacto Global dice que el nuevo marco de trabajo, además de los diez principios, van a ser estos 17 objetivos de desarrollo sostenible, que incluyen la agenda 2030, y así llegamos hoy en día. El Pacto tiene hoy en día unas 13.000 empresas a nivel global adheridas en más de 160 países, con 69 redes locales. En cada uno de nuestros países hay redes que conforman la red local del Pacto Global. En Uruguay acabamos de lanzar en agosto de este año la red local de empresas, ya tenemos cerca de 30 empresas adheridas, asumiendo el compromiso de trabajar en temas de sostenibilidad y al cabo de un año reportar sus progresos. Y lo que hace el Pacto es ofrecer un montón de herramientas a disposición para que la red pueda ir trazando su hoja de ruta en temas de sostenibilidad, y un espacio para dialogar con el sector público, con Naciones Unidas, para empujar conjuntamente en sus países esta agenda de desarrollo. En Uruguay además le hemos puesto un propósito que tiene que ver con promover una economía que innove, que genere empleo y que asegure el desarrollo sostenible para trabajar con el sector empresarial en estos temas con una plataforma bien colaborativa y tratando de empujar las transformaciones público-privadas, que son necesarias en nuestro país para que vayamos hacia modelos económicos más inclusivos, más verdes, más sostenibles, más circulares.

-Recién mencionabas dos temas que están muy latentes. Uno, la lucha contra el cambio climático, en medio de la reciente cumbre COP26 en Glasgow; y el otro el de la anticorrupción, que se trata de uno de los principales flagelos y preocupaciones en América Latina. ¿En Uruguay también se hace especial foco en esas dos cuestiones o hay otras prioridades?

-Son dos temas estratégicos en toda la región. En el caso de Uruguay, hablando de medio ambiente somo una economía bastante descarbonizada, con bajas emisiones. Entonces, si bien tenemos desafíos en temas ambientales, sobre todo Uruguay ha hecho una transformación energética que es bastante a la vanguardia a nivel global, y somos un caso bastante observado a nivel global, en este momento nos encontramos haciendo la segunda transformación energética para llevar aquellos sectores económicos a energías más limpias, y modelos de producción más limpios, y de alguna manera poder tener una capacidad de exportación de energía también interesante para el mundo. Entonces los desafíos climáticos son los mismos que el resto de los países porque el clima tiene que ver con mitigar los impactos ambientales, pero sobre todo lo que se trabaja en Uruguay, y en la región también se trabaja, son los planes de adaptación al cambio climático. Porque son realidades que hoy en algunos casos las podemos contrarrestar, pero en otros casos hay que ver cómo nos adaptamos a esos impactos que está teniendo el cambio climático a nivel global. En el tema de anticorrupción, que es un principio fundamental del Pacto, Uruguay es un país que, en sus indicadores de transparencia, de solidez institucional y demás, ranquea muy bien, pero tenemos oportunidades de trabajo. Sobre todo, en algunas cadenas, en particular que tienen que ver con exportación, involucrar las aduanas, en algunas cadenas de valor, para trabajar todos los conceptos de transparencia y trazabilidad. Esos son temas a los que les estamos poniendo foco. En otros países los temas de corrupción están mucho más en la lupa. Por ejemplo, en estudios que ha hecho el Pacto Global, a nivel internacional el soborno se lleva un 2% del PBI global. Es un dato que llama mucho la atención, y en economías latinoamericanas están poniendo mucho más trabajo en esos temas. Sobre todo, por ejemplo, en temas de informalidad, con algunas cadenas que quedan fuera de sectores regulares de las economías y de las políticas y mercados. En las otras áreas hay desafíos que para Uruguay son más interesantes, que son los relacionados a normas laborales y derechos humanos. Ahí nosotros sí estamos poniendo un foco estratégico sobre todo para el año que viene. Trabajar en temas de género, por ejemplo. Vamos a tener algunos programas para acortar las brechas de género. Uruguay no ranquea bien en temas de equidad, está en el lugar 85 a nivel global en temas de equidad de género. Y a nivel global, todos los países venimos muy atrasados. Faltan como 265 años para poder cerrar una brecha económica de género, así que son desafíos muy importantes. Lo mismo en temas de inclusión. Por ejemplo, en el mercado laboral para incluir a poblaciones vulnerables, como puede ser inclusión de la diversidad, de la discapacidad, de los migrantes, de poblaciones afro, ahí hay que hacer un gran trabajo, porque Uruguay está recibiendo poblaciones muy vulnerables. Por ejemplo, migrantes, y ese es un desafío para las empresas, en cómo integran a esas poblaciones, para que estén dentro del sistema, con condiciones de trabajo correctas. Porque de alguna manera ahí es donde empiezan a acceder a educación, salud y mejorar sus estándares de vida. Entonces creo que en esos focos es donde vamos a tener un poco más de atención desde Uruguay, aunque en el tema medioambiental, con los resultados de la COP26 vamos a estar trabajando en discusión con el ministerio de medio ambiente. Uruguay es uno de los países que firmó el acuerdo de bajar emisiones de gas metano: eso tiene un impacto en la agricultura. Por ejemplo, países como Argentina, Brasil y Uruguay, tienen mucha actividad agropecuaria. Entender qué implicancias tiene para el sector, qué estrategias vamos a adoptar como país para poder trabajar en esos compromisos que asumimos, y el Pacto Global cómo puede ayudar al sector empresarial para que pueda ir acoplándose a esos compromisos.

-El lanzamiento del Pacto en Uruguay se da en momentos en que el gobierno de Lacalle Pou como el de Brasil impulsan una mayor flexibilización y modernización del Mercosur. ¿Impacta de alguna forma cómo se desarrolla el Mercosur como bloque al Pacto?

-El Pacto tiene una incidencia que está como muy coordinada con todas las redes a nivel Latinoamérica. Por supuesto que todas las decisiones que adoptan los países, decisiones como gobiernos, en términos económicos y políticos, van a tener una influencia en lo local. En el tipo de negocios que tenemos, en el tipo de empresas… siempre va a tener una incidencia. Ni buena ni mala, no tengo ningún juicio. Las decisiones que tome el Gobierno siempre van a tener una influencia en el sector empresarial. Nosotros como Pacto, lo que podemos hacer, porque esto es independiente del Gobierno, es acompañar que las transformaciones estructurales que se vayan dando en el plano local, y en el plano regional, de alguna manera el sector empresarial pueda ponerle voz a cómo eso impacta en sus modelos de gestión. Y en particular el Pacto por lo que va a velar es por asegurar los modelos de negocios sostenibles. Sea cual fuera la coyuntura que nos presenten nuestros países a nivel local o regional, o global. Porque después aparecerán inclusive incidencias de más allá de cual sea el modelo económico de integración regional que tengamos. Uruguay tiene compromisos con otros países con los que comercia, que importa y exporta, y eso empieza a afectar a las empresas a nivel local. Cuando por ejemplo países europeos y asiáticos empiezan a exigir determinados requisitos en términos de trazabilidad de productos de sostenibilidad, los productos y los servicios uruguayos que se exportan necesitan estar en esos estándares. Entonces en este Pacto velamos por asegurar esa sostenibilidad, más allá de cómo se da la coyuntura. Esas ya son decisiones de Estado.

-En términos de sostenibilidad, ¿cómo está hoy Uruguay?

-Dentro de América Latina, Uruguay se presenta en tercer lugar en desarrollo sostenible. Tenemos muchos desafíos. Hoy nos guiamos por un marco de cooperación que firma Naciones Unidas con el Gobierno, donde de alguna manera fija una agenda de desarrollo para el país. Ahí se está trabajando en una estrategia para poder avanzar hacia un plan nacional de desarrollo, que hoy Uruguay no lo tiene, con metas e indicadores. Pero sí está tomando acciones para avanzar hacia eso. Y desde el Pacto lo que sí estamos viendo es que el sector empresarial está muy ávido en avanzar en los temas de sostenibilidad. Porque sus clientes lo exigen, sus trabajadores también, y porque además las oportunidades de negocio aparecen, o no aparecen, directamente con relación a que estén trabajando en temas de sostenibilidad. Incluso las inversiones llegan o no llegan si las empresas trabajan o no en estos temas. En ese sentido, Uruguay ya tiene el tema sobre la mesa, los actores relevantes están dialogando y tratando de bajar acciones y metas concretas a nivel país. El gran desafío que tenemos es la articulación público-privada para tener una agenda común.

-¿Qué tipo de requisitos o condiciones deben cumplir las empresas para formar parte de la red? ¿La conforman únicamente grandes empresas, o también fomentan la inclusión de pequeñas y medianas?

-En el caso de Uruguay tenemos un perfil de empresas bastante variado. Estamos intentando que esto sea un pacto de pactos. Empresas que van desde pymes hasta multinacionales; de todas las industrias y de todos los tamaños. Sí las empresas para adherir al Pacto pasan por un pequeño proceso que hace Global Compact, que es nuestra organización internacional en Naciones Unidas, que de alguna manera asegura que estas empresas por lo menos no están violando ningunos de los principios generales que tiene el Pacto; que son empresas que no están en ninguna lista negra internacional, o que realmente tienen todas las condiciones para poder avanzar en su estrategia de sostenibilidad. Eso se hace desde Nueva York, pero la condición es que puedan adherir con una carta compromiso a trabajar en la agenda de desarrollo y que puedan reportar al cabo de un año, y comunicar con transparencia, cuánto han avanzado en las metas que se vienen trazando.

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-¿Tuvo o tiene algún tipo de impacto la pandemia a la hora de avanzar hacia los objetivos trazados por el Pacto?

-La pandemia tuvo todo que ver, sobre todo con el timing con el cual nosotros lanzamos el Pacto en Uruguay. Hace un año y medio se arrancó, la Oficina de Naciones Unidas en Uruguay arranca un estudio de prefactibilidad para ver si el Pacto estaba en condiciones de instalarse en el país, por como estaba la coyuntura, y todos los indicadores tomados durante la pandemia de alguna manera arrojaron que estábamos en el timing correcto porque las empresas estaban realmente trabajando su hoja de ruta en temas de sostenibilidad, porque a nivel de Gobierno hay urgencia por atender todos estos asuntos, y porque las agencias del sistema de Naciones Unidas están priorizando esto. De hecho, en Naciones Unidas se está presentando una serie de recomendaciones para la recuperación post COVID al gobierno uruguayo, y el Pacto hace su aporte, entre los cuales son algunas recomendaciones que se puede hacer para poder trabajar con el sector empresarial en esta recuperación que pegó a todo el mundo. Y en el caso empresarial sobre todo en el sector de pequeñas y medianas empresas, que han sido las más afectadas, algunas industrias más otras menos, pero sobre todo estas empresas que trabajan mucho la supervivencia, y en esas hay que poner el foco de atención para poder ayudarlas a recuperarse.

-¿Existe algún tipo de coordinación o trabajos conjuntos con los programas de otros países?

-Es totalmente global nuestra organización. La coordinación con las redes locales de cada uno de los países de América Latina es extremadamente estrecha. Nosotros tenemos una estrategia al año 2023 común para todos los países. Después tenemos instancias mensuales y semanales para poder coordinar acciones. Con varios países trabajamos en varios temas comunes, con otros en otros. Pero estamos continuamente compartiendo, no solo la propuesta de valor que tiene el Pacto, que después tiene algunas particularidades localmente, pero sí en términos generales todos perseguimos los mismos objetivos, tenemos programas en común y colaboramos mucho. Con Argentina, de hecho, es una red que ha sido referente para nosotros, para entender cómo han trabajado, porque llevan mucho tiempo trabajando localmente, lo mismo con Chile, Paraguay, y Ecuador. El trabajo es sumamente estrecho entre los equipos de Pacto, y también acercando a las empresas para que puedan conversar de un país a otro en temas que son comunes más allá de las fronteras. Pasa mucho que empresas multinacionales, que tienen subsidiarias en distintos países, alinean sus estrategias participando en las distintas redes locales de pacto.

No es una producción propia, la fuente es el diario Infobae (Argentina)

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