Argentina, México, Brasil, Chile: los efectos en estos países del potente fenómeno climático global que se aproxima

Todos los modelos meteorológicos anuncian la llegada de esta nueva condición climática para los próximos meses

Calentamiento Global11/07/2024Marcos BachMarcos Bach
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MARCOS BACH

La Niña y El Niño son los dos extremos de un patrón climático recurrente que puede afectar el clima en todo el mundo.

Los meteorólogos saben que La Niña ha llegado cuando las temperaturas en el Océano Pacífico oriental a lo largo del ecuador al oeste de América del Sur se enfrían al menos medio grado Celsius por debajo de lo normal. Durante El Niño, la misma región se calienta.

Esas fluctuaciones de temperatura pueden parecer pequeñas, pero pueden afectar la atmósfera de maneras que se propagan por todo el planeta.

Argentina, México, Brasil, Chile: los efectos en estos países del potente fenómeno climático global que se aproxima

Según explica el científico Pedro DiNezio, profesor de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas en la Universidad de Colorado Boulder, los trópicos tienen un patrón de circulación atmosférica llamado Circulación de Walker, nombrado así en honor a Sir Gilbert Walker, un físico inglés de principios del siglo XX. La Circulación de Walker son básicamente bucles gigantes de aire que suben y bajan en diferentes partes de los trópicos.

Amplían desde La Tercera, el aire se eleva sobre el Amazonas e Indonesia porque la humedad de los bosques tropicales hace que el aire sea más flotante allí, y desciende en África Oriental y el Pacífico oriental. Durante La Niña, esos bucles se intensifican, generando condiciones más tormentosas en los lugares donde suben y condiciones más secas donde descienden.

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Indígenas se desplazan en un bote en el río Komi Memem, en el Amazonas, en el estado Rondonia, Brasil.

Según la última actualización de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (Noaa, sigla en inglés) de EE.UU. después de un año de permanencia, “El Niño liberó su dominio sobre el Pacífico tropical en mayo de 2024″.

Y de acuerdo a este informe, publicado el pasado 13 de junio, el fenómeno dará pasó con mucha seguridad a su extremo climático: “El péndulo climático del Pacífico tropical parece estar volviendo a su otro extremo: La Niña”, escribió la experta del Noaa, Rebeca Lindsey.

En el Pacífico, La Niña trae temperaturas más frías que el promedio en la parte centro-oriental de la cuenca, vientos más fuertes tanto cerca de la superficie como en altitudes elevadas, y lluvias más intensas de lo normal sobre Indonesia y el resto del continente marítimo.

Según la Noaa, hay un 65 por ciento de posibilidades de que La Niña llegue entre julio y septiembre. Incluso, la probabilidad de que el fenómeno ya esté presente en entre septiembre y octubre supera el 80%, el que incluso se eleva casi a 90% para los meses entre octubre y enero del próximo año.

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La probabilidad de llegada de La Niña según la Noaa.

La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical, es decir, en los vientos, la presión y las precipitaciones.

Estamos en una etapa de neutralidad. Para que sea declarado oficialmente, las temperaturas en el Océano Pacífico central deben permanecer por debajo de 0,5 °C de lo normal durante al menos tres meses seguidos.

Señala el meteorólogo de la Fundación Huinay PUCV-Enel, Miguel Fernández.

Fernández agrega que “según las previsiones, esto probablemente sucederá durante el trimestre julio, agosto y septiembre, con altas posibilidades de que se declare La Niña a finales de septiembre. Sin embargo, la atmósfera tiende a reaccionar más rápido a este fenómeno que a El Niño, por lo que se espera que ésta comience a adaptarse a condiciones más frías a partir de agosto”.

En América Latina, el evento ha afectado a cultivos como el trigo, la soja y el maíz, dañando economías regionales a menudo muy dependientes de la agricultura.

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El lecho de la reserva de Sau, agrietado por la sequía, al norte de Barcelona, el 20 de marzo de 2023. (AP Foto/Emilio Morenatti)

Los expertos han advertido que las naciones latinoamericanas deben estar en alerta máxima ya que un cambio rápido a La Niña esta vez podría dejar a las poblaciones y a los cultivos poco tiempo para recuperarse.

La situación por países por la llegada de La Niña

Chile

En el caso de Chile, la situación descrita por Fernández determinaría que el anticiclón del Pacífico se fortalezca, lo que podría bloquear el paso de sistemas frontales hacia latitudes más bajas, como la zona central del país.

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Imagen referencial.

Además, el cambio climático también está influenciando la disminución de la probabilidad qué se produzcan precipitaciones importantes durante el resto del invierno, no descartándose por completo que durante la segunda mitad de julio y la primera mitad de agosto se pueda producir algún evento de precipitaciones, pero de menor escala a los ya sucedidos.

Para Chile, el fenómeno climático generalmente se asocia a menos precipitaciones, inviernos más fríos y veranos menos calurosos.

EE.UU.

En Estados Unidos, La Niña tiende a significar que la zona norte de los estados tiende a tener temperaturas más frías con más lluvia y nieve durante los meses de invierno y principios de la primavera, mientras que la mitad sur tiende a ser más seca y cálida.

Argentina

La Niña suele generar veranos más cálidos y secos en el sur de Brasil y Argentina. Este clima más seco, ha despertado la alarma entre los agricultores argentinos, uno de los principales exportadores de soja y maíz del mundo.

Sin embargo, la Noaa recientemente redujo su estimación de la intensidad de La Niña, lo que la Bolsa de Comercio de Rosario calificó el pasado 24 de junio como “un alivio”

Argentina sufrió dramáticas pérdidas de cosechas el año pasado debido a una sequía histórica también causada por La Niña.

Esta es una buena noticia para las precipitaciones en Argentina durante el período de primavera y verano (en el hemisferio sur).

indicó la bolsa.

Las versiones de largo plazo tanto del modelo del Sistema de Pronóstico Global (GFS) estadounidense como del modelo del Centro Europeo de Pronóstico Meteorológico a Plazo Medio (ECMWF) apuntan a condiciones más cálidas y más secas de lo normal durante la mayor parte del mes desde Rio Grande do Sul, Brasil y el sur de Paraguay hasta toda la principal zona de cultivo de Argentina.

Brasil

El regreso de La Niña podría significar una reducción de las precipitaciones y un clima más frío para las regiones sur y sureste de Brasil y un aumento de la humedad para el norte y noreste del país, de acuerdo a un informe.

En el caso de las zonas cafetaleras de Brasil, señala el artículo, la combinación de neutralidad con la llegada de La Niña entre julio y agosto representa un invierno más típico, con menos humedad y temperaturas más frías, particularmente en comparación con el año pasado. Las masas polares deberían ocurrir con mayor frecuencia, especialmente en la segunda mitad del invierno. No se puede descartar un clima frío más tardío durante septiembre.

México

La ecuación de La Niña establece lluvias por encima de lo normal en el extremo norte de Sudamérica, América Central, el Caribe, el norte del Cuerno de África y el Sahel, partes del suroeste de Asia y el centro del archipiélago marítimo.

Por ello, en México se esperan lluvias intensas. En sus previsiones para este año, la Comisión Nacional del Agua ha estimado que la temporada de lluvias, ciclones y huracanes en 2024 será más activa que el año anterior debido a la influencia de La Niña.

Las autoridades proyectan para el Pacífico entre 15 a 18 ciclones tropicales y en el Atlántico prevén la ocurrencia de entre 20 y 23 ciclones, lo que representa un aumento del 50% respecto a años de condiciones normales.

En el Pacífico, La Niña trae temperaturas más frías que el promedio en la parte centro-oriental de la cuenca, vientos más fuertes tanto cerca de la superficie como en altitudes elevadas, y lluvias más intensas de lo normal sobre Indonesia y el resto del continente marítimo.

Más huracanes

Según la Noaa, en este momento hay muchas posibilidades de que La Niña esté presente para influir en el pico de la temporada de huracanes en el Atlántico. Incluso si la transición ocurre más lentamente, las probabilidades de que La Niña esté presente para el invierno del hemisferio norte (verano hemisferio sur) siguen siendo del 85 por ciento, lo cual es similar al pronóstico de la Noaa en meses anteriores.

De acuerdo al reporte, ya están todas las condiciones para la llegada del nuevo fenómeno. “Las temperaturas de la superficie se enfriaron significativamente durante abril y mayo. Ya estamos viendo vientos alisios más fuertes del este (del este), que han enfriado las aguas superficiales sobrecalentadas. Puedes verlo sucediendo en la animación a continuación”, escribió Lindsey.

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Esta animación muestra las temperaturas semanales de la superficie del mar en el Océano Pacífico en comparación con el promedio del 18 de marzo al 9 de junio de 2024.

Las observaciones semanales y mensuales más recientes de la región clave de monitoreo de ENOS (apodada “Niño 3.4″ ) muestran que las temperaturas de la superficie están cerca del promedio y ahora han comenzado a emerger aguas más frías y profundas. Ahora que tanto la atmósfera como el océano se han alejado de El Niño, el evento realmente ha terminado. Debajo de la superficie del Pacífico oriental, un charco de agua fría ha estado al acecho durante varios meses en modo de espera, listo para reabastecer la superficie e intensificar la anomalía fría necesaria para crear y mantener La Niña.

La experta señaló que solo ha habido 10 veces en el registro histórico en las que ENOS pasó de El Niño a La Niña en un año. “Esos no son ejemplos suficientes para sacar conclusiones sólidas . Aun así, es interesante observar lo que tenemos y especular sobre lo que podría significar, así que eso es todo lo que estoy haciendo aquí”.

Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que en la zona central de Chile, “La Niña tiene básicamente dos efectos. Por un lado, modera las temperaturas; los años marcados por La Niña no son extremadamente cálidos. Por otro lado, modera las precipitaciones; los años marcados por La Niña son en general secos”.

Gracias a La Niña, este año no va a ser extremadamente caluroso como el 2023. Además, este año afortunadamente no debería ser hiperárido. El tardío desarrollo de La Niña ha permitido que las precipitaciones durante este primer semestre se acerquen a valores considerados típicos, no solo en la zona central, sino en buena parte del país.

Los efectos que deja el desarrollo de La Niña

Los efectos de cada episodio de La Niña varían en función de su intensidad y duración, así como de la época del año en que se desarrolla y de la interacción con otros modos de variabilidad climática. En muchos lugares, especialmente en los trópicos, La Niña produce en el clima efectos opuestos a los que provoca El Niño.

Sin embargo, los fenómenos climáticos de origen natural, como el ENOS, ahora tienen lugar en el contexto del cambio climático antropógeno, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales.

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Existe un 70% de probabilidades del desarrollo de La Niña sostiene la OMM. Imagen referencial.

Los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar de que desde 2020 hasta principios de 2023 tuvo lugar un episodio plurianual de La Niña que ejerció un efecto de enfriamiento. El Niño alcanzó su apogeo en diciembre de 2023 como uno de los cinco episodios más intensos de este fenómeno jamás registrados.

La probable fuerza de la próxima La Niña se volverá más clara cuanto más nos acerquemos, y escucharás más sobre eso en próximas publicaciones, señaló la experta en su informe.

Por lo general, tras un episodio intenso de El Niño se dan las condiciones características de un episodio de La Niña, y las predicciones más recientes de los modelos son congruentes con esa secuencia, si bien persiste una marcada incertidumbre respecto a su intensidad o duración.

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